Querida Persona Desconocida, el tiempo ha mejorado mucho, hasta salió el sol un rato. Hemos aprovechado para pescar los cuatro, con caña, pero casi no hubo que esforzarse. Resulta que hay un grupo de orcas por el vecindario y los peces grandes han entrado en pánico, buscando refugio en la playa. Pero claro, por la costa están las focas y las nutrias, así que los peces tampoco están tranquilos con ellas. Y como ni a las focas ni a las nutrias les gusta acercarse demasiado a los humanos, porque saben que tenemos hambre, los peces van a dónde estamos nosotros, se confían y pican.
Por la tarde el tiempo empeoró, así que no pude salir
con Laika a pasear, ni a poner trampas. Nos quedamos
en casa; hice una misa con los monjes fantasmas, que vinieron
encantado
Triste y corta es la vida del mago novato.