Querida Persona Desconocida, como hoy me tocaba ir con Carlos le hice la pregunta correspondiente sobre mi sospecha secreta.
--¿Y te gusta Andrea?
--Es simpática.
--¿Y te gusta mucho?
--Ah, "pos" la cosa es que no te importa.
--Ahí estás equivocado, sí que me importa,
porque podéis ser el último amor de la humanidad.
Y entonces se le puso a temblar la boca que me dieron ganas de huir a Marte, pero en vez de enfadarse, se partió de risa. Ha estado todo el día de burlón, así que --muy injustamente-- me quedo sin saber nada.