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DIARIO DE GUILLE
Escondido en el fin del mundo
de Miguel de Luis Espinosa
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Septiembre feliz
29 de septiembre
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Querida Persona Desconocida o imaginaria, se acabaron las presentaciones.  Desde hoy te contaré las cosas que pasan.  Septiembre ha sido un mes muy feliz, porque no ha habido ningún muerto y ninguno de nosotros ha tenido que llorar.

Sargento Mamá está bien, Andrea está bien, Carlos está bien y ya no pensamos en Fantasma Papá.  Bueno, yo sí.  Me he acordado de lo que decía papá, que vivimos en un mundo post-apocalíptico y que éramos los mejores porque estábamos vivos.  No me gusta entonces pensar que papá no es ya de los mejores porque se muriera.  Sé que mamá no piensa eso tampoco de él.  Papá nos enseñó a vivir, a nadar y a montar en kayak y también a conducir aunque con las leyes antiguas no se podía y hoy da igual porque tampoco hay gasolina con la que conducir.  A veces tenemos electricidad, pero mala y no se pueden hacer funcionar las mismas cosas que antes.  Por ejemplo: un ordenador pequeñito sí se puede, pero poniendo todo al mínimo y apagando la pantalla si no la necesitas.  Bueno, nosotros no podemos porque ya no tenemos ninguno, mejor el móvil, cuando funciona, claro, que es nunca.

Estamos en Wester Ross, en la costa noreste de Escocia, en las Highlands más salvajes.  Wester Ross, que te quede claro, es un lugar de verdad.  Sargento Mamá nos guió aquí, huyendo de los orcos, como el año pasado.  Vivimos en una cabaña de piedra, escondida entre árboles y tenemos comida seca y latas.

Sargento Mamá dije que solo nos vamos a quedar aquí este mes, después iremos a buscar algo más seguro.  Creo que, en realidad lo que quiso decir es que nos quedaremos aquí hasta que se nos acabe la comida o vengan los PORCOS.

Por si no te lo sabes y no te lo he escrito todavía, llamamos orcos a la gente mala, la que quiere sobrevivir matando.  Son unos bobos: morirse es obligatorio, va a pasar, vivas como vivas, pero matar para ser más poderoso, etcétera... te hace malo, y vivir tiene que servir para ser buneeno bueno. ¡Perdona este error al escribir!  Pero a veces los orcos te obligan a luchar contra ellos.  Me gustaría no verlos NUNCA MÁS.

Hace frío para ser septiembre y no tenía muchas ganas de comer.  Sargento mamá se enfadó por eso y me obligó a acabarme mi lata.  Quizás sea lo mejor, si me lo como todo saldremos de aquí y nos iremos a nuestra Isla Secreta.  Allí somos más felices con sonrisas ^_^

No te puedo decir su nombre de verdad por si este papel lo lee algún orco, pero digamos que podemos llamarla Eilían naj Fiol, o simplemente Fiol, o también isla secreta.  Como eres un fruto de mi imaginación sé que lo comprenderás.  ¡Ojalá la gente de verdad fuera siempre tan fácil de entender!

Sigue a la entrada: 30 de septiembre, Tormenta de Paz.