Diario de Brun
Seguimos vivos
10 de febrero del año 457
Querido Arlos, no nos ha matado ningún asesino, lo cual debe ser muy bueno y ahora estamos volando hacia Descansana, la isla de los perezosos. Pero no se los digas que están hartos de la broma.
El que estoy muy perezoso soy yo. Es que anoche no durmí muy bien. (Te prohibo que te rías)
Y estoy algo enfadado, hasta tío cascarrabias lo ha notado. Supongo que tendría pesadillas con lo del asesino, aunque no me acuerdo.
Hay una nube volando junto a nosotros, a cien metros, a nuestra misma velocidad. Sé que es imposible (¿a qué velocidad tendría que ir el viento? pero es lo que parece. A veces… no, es que nunca me cansa ver el cielo y sus habitantes, sobre todo la luz que se baña en un mar de aire y las nubes que corretean. Aunque no estén vivos mi imaginación es mágica y juega… una nube puede ser una gran isla, con montañas, valles, ríos, lagos, todo lo demás y cosas imposibles. Y luego tiene una historia con aventuras y batallas o lo que quieras y luego el viento, o nuestro motor, las desaparece.
¡Señal de ponerse los cinturones! Te dejo que vamos a aterrizar y después hay que ayudar
Mañana estaré sonriente si me queda algún diente.
