Año 881, Verano, día 11
Hola Cotta, si me has deseado buena suerte, lo siento porque no ha dado resultado. Creo que he encontrado a mi enemigo encarnizado, el señor Labiosjuntos. Sí, es un nombre imaginario, vale… Pero es que tiene unos labios muy finos y cuando se enfada se le juntan mucho de forma que parecen un guión, algo así —
Creo que me odia porque es el mandamás de aquí, descontando la mayoría de las personas libres. Sí, he dicho la mayoría, porque, aunque también es propiedad de la universidad intenta siempre estar dando órdenes a todo el mundo. Menos mal que no es uno de los amos, nuestra vida sería aún peor. Bueno, no solo me odia porque es el mandamás, sino también porque yo estoy bajo el profesor Campodeluz, y todo lo que no me mando o lo hago por educación o por no buscar problemas, etc… Pero, y esto el muy cascarrabias no lo quiere entender, no puedo hacer nada que esté en contradicción con las órdenes, deseos y sugerencias de mi profesor. Y ha dicho que tengo que estudiar, ¡y mucho!
Hasta hoy no te hablé de él, porque no quiero estar sumando mis problemas a los tuyos, pero es que me iba a robar los deberes. Lo sorprendí y aunque mantuve la compostura y todo eso que nos enseñan para tratar con nuestros superiores, tuvo la deschav... ¡no me acuerdo cómo se escribe del enfado! Desfachatez, eso, tuvo la desfachatez de enfadarse él conmigo, que no hago nada, que no sudo, que no entiendo qué hago, que si el dirigiera la universidad.
PERO ES QUE NO LA DIRIGE. Y yo no elegí esto. Yo no elijo nada, nunca.
Perdóname, no quería preocuparte. Lo solucionaré. (Mi plan no incluye un hacha bifacial envenada y con un conjuro de fuego en la punta, más que nada porque no existen.)