Año 881, Verano, día 7
Mi muy querida persona del alma, perdona que no te escribiera ayer. Luego te cuento qué me pasó. Pero primero querría ponerte nombre, aunque seas solo de mi imaginación. Te llamaré Cotta, que en elfo significa brillante, porque así es como te imagino y si acaso fueras de verdad, pues, tendrás que perdonarme porque no me sé el que tengas.
Y ahora la ¡gran verdad!. (Vale, me he pasado).
He hecho mi primera observación astronómica, una estrella vagabunda, Arindel la llaman, o la vagabunda blanca o CGEV-45A, por su número en el Catálogo General de Estrellas Vagabundas. Un nombre poco poético, pero la encuentras más rapidamente en el libro. Estoy todavía un poco excitado y confundido y me lío al escribir contándote detalles secundarios.
La verdad es que fue muy fácil porque el Profesor Campodeluz me dijo todo lo que tenía que hacer para apuntar el telescopio al punto exacto del cielo dónde iba a pasar. Hizo como que no sabía, pero era solo para enseñarme a usar el CGEV, (el catálogo). Aunque no le he pillado bien todavía, está lleno de palabras especializadas que tendré que aprender para poder ayudar. ¡Qué miedo!
También es increíble cómo se puede mover ese telescopio tan grande casi sin fuerza ninguna. Es todo con ruedas dentadas, contrapesos, palancas y otras cosas que no me acuerdo que multiplican la energía de los músculos. ¡Es como magia! Solo que es real. Dicen que eso se aprendió de los elfos, pero el Profesor me ha dicho que no. Es más bien inventos sobre inventos. Alguien inventa una cosa, otra persona la mejora, otra más saca un invento mejor y... ¿cuál será el final? ¿Máquinas voladoras?
Ahora puede que ver Arindel no te parezca impresionante porque cualquiera puede verla en el cielo. Sí, claro, pero no como la he visto yo. Con el telescopio se ve qué es como azul con manchas verdes y tiene unos "pelos" (en realidad se llama filamentos, pero para que lo entiendas). Según el profesor lo azul podría ser un mar, y las manchas verdes como islas... ¿te imaginas que fuera verdad? ¿Y si fuera tú país y tu vieras el mío en tu cielo?
¿Te imaginas?
Ojalá me escribas alguna vez, pero claro las personas imaginarias no tienen ese poder.
Postdata
Se me olvidaba por qué no te escribí ayer, Cotta, y es porque como se observan las estrellas de noche, estaba muy cansado. Es un poco obvio, tanto que a lo mejor no debí haberlo escrito, pero ya está y se me hace tarde. ¡Hasta la próxima!